Verónica es enfermera desde 2010 y, actualmente trabaja para una entidad privada en atención a domicilio. Hablamos con ella para que nos cuente su experiencia y su opinión acerca de la profesión y sus salidas laborales.

  1. ¿Por qué decidiste ser enfermera? ¿Es imprescindible la vocación para ser enfermera?

No sé si llamarlo vocación, pero definitivamente sí que hay que tener una sensibilidad especial para ser una buena enfermera. Cualquier persona podría realizar las técnicas de enfermería como pinchar, sondar, curar, etc., o saber mucho sobre la anatomía y el funcionamiento del cuerpo humano, pero para ser una BUENA enfermera hay que ir mas allá. No basta con pinchar o tener conocimientos de anatomía o farmacología, hay que saber cuidar a las personas, saber consolar, transmitir empatía y poder ser el apoyo de gente que, en ocasiones, pierde lo más importante que tiene, como es la salud e incluso la vida, propia o de los que más quieren.

En mi caso siempre supe que me quería dedicar a ayudar a los demás, valoré otras opciones como veterinaria o educación especial, pero me decanté por la enfermería porque pienso que es la profesión que más cuidados abarca, desde el más básico hasta el más específico y donde más puedo aportar. También ayudó en mi decisión escuchar durante toda la vida a mis padres, ambos médicos, hablar con pasión sobre su trabajo. Me abrieron los ojos a un mundo muy duro, pero tremendamente gratificante, que saca lo mejor de mí y en el que me siento útil. Sin duda acerté en mi elección y si volviera atrás, elegiría ser enfermera un millón de veces más.

  1. ¿Cómo ha sido tu trayectoria laboral hasta este momento?

Empecé a trabajar nada más terminar la carrera, en el año 2010, con un contrato de verano en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, en planta de Cirugía General. Ahí estaba yo, con 21 años, llena de ilusión, pero aterrada a la vez, curando amputaciones. Menos mal que en enfermería sueles encontrarte con compañeros dispuestos a ayudarte en todo momento, porque con los nervios no sabía ni por dónde empezar. Y así fui, día tras día aprendiendo una cosa nueva, porque en esta profesión no debemos dejar de formarte NUNCA, y este aprendizaje continuo es parte del encanto de la enfermería. Fui enlazando un contrato con otro, cubriendo bajas, vacaciones… y pasando por servicios tan diversos como planta de Medicina Interna, Traumatología, Neurocirugía, Urología, Maternidad, Urgencias y extracciones. Estuve aproximadamente dos años en esa dinámica, y, tras un parón de dos meses sin trabajar, probé suerte en Galicia y estuve cerca de un año y medio en Vigo, en el servicio de urgencias. Cuando terminó el contrato intenté seguir allí pero no encontré nada más así que después de un año buscando en Santiago de Compostela volví a Madrid donde estuve desarrollando mi labor en el Hospital de Collado Villalba, en planta de Medicina Interna, formando parte de la Unidad de Úlceras y Heridas Crónicas. Sin embargo, hace tres meses decidí dar un giro a mi carrera profesional e iniciar una nueva etapa laboral en atención a domicilios en la privada.

  1. ¿Por qué te decidiste por la asistencia a domicilio en una entidad privada? ¿Qué es lo que más te gusta?

Me apetecía mucho cambiar de tipo de trabajo, siempre he estado en hospitales y me encanta la labor que se realiza ahí, se aprende muchísimo pero, como he comentado antes, enfermería abarca todos los cuidados, desde el más agudo a la tan importante educación para la salud, y yo quiero probarlo todo. Me pareció muy interesante la propuesta, siempre pensando en los pacientes y ofreciendo una asistencia de calidad en domicilio. Hay muchas personas que no pueden trasladarse a centros hospitalarios por su patología crónica y la asistencia en domicilio es vital para su día a día. Me parece un trabajo muy bonito, porque no solo les estas ayudando por la labor que realizas en cuanto a curas, inyectables y demás técnicas, sino porque directamente pasas a formar parte de sus vidas, te abren la puerta de sus casas, confían plenamente en ti, eres su apoyo, su punto de referencia cuando sienten miedo o tienen dudas.

A nivel personal, además, este empleo me ofrece la estabilidad que estaba buscando, con buenos horarios y un turno fijo de trabajo. En nuestra profesión hacemos guardias, noches, trabajamos a turnos sin parar y sin poder planificarte o tener vida social porque vivimos al revés del resto del mundo. Esta oportunidad me ha facilitado la estabilidad que tanto necesitaba y me ha brindado la posibilidad de seguir creciendo personal y profesionalmente.

  1. ¿Habías valorado otras opciones laborales previamente?

Antes de decantarme por la enfermería barajé opciones como Veterinaria o Educación Especial. Y una vez dentro de la enfermería siempre me ha llamado la atención maternidad, por lo que no descarto en algún momento intentar sacar el EIR.

  1. ¿Has pensado en algún momento en preparar el EIR o presentarte a unas oposiciones?

Sí, de hecho este año me presenté al EIR sin estudiar, quería hacer una primera toma de contacto con el examen, saber lo que me iba a encontrar el día que decidiera ir a por todas. Además, ¡siempre se aprende algo! Y, por supuesto, pienso que hay que intentar aprobar una oposición, como digo yo, estudiar siempre es bueno y apruebes o no siempre vas a saber algo más que el día anterior, algo que te va a hacer ser cada día mejor profesional. Y si además consigues plaza, ¡imagínate! Hay que ir a por todas siempre.

  1. ¿Qué requisitos valorarías en una academia para preparar unas oposiciones? ¿Estarías dispuesta a escoger una formación 100% online?

Sobre todo valoro la posibilidad de tutorías para las dudas y ofrecer muy buen material de estudio. Personalmente soy de estudiar en casa, y puesto que en enfermería solemos trabajar a turnos y solemos tener poco tiempo para compaginar trabajo y clases presenciales, para mí la mejor opción es la formación online, pero eso sí, siempre tutorizada, para que haya alguien que vaya guiándote en todo el camino ofreciéndote cierta orientación y ayuda.

  1. ¿Crees que se valora lo suficiente vuestra profesión?

Cada día se valora más, pero aún queda mucho para conseguir el reconocimiento que realmente se merece.

  1. ¿Qué consejo le darías alguien que está estudiando enfermería?

Que no pierdan nunca la ilusión. Nuestro trabajo es duro, muy duro, se ven cosas muy dolorosas, se trabaja por las noches y hay días que estas agotada y que te planteas si realmente merece la pena. Pero esos días, hablar con tus pacientes, con ese abuelillo de ojos azules que te sonríe desde la cama solo porque has ido a darle la mano o algo de conversación, con esa madre que con tremendas ojeras y algo agobiada te da las gracias por ayudarle a superar esos primeros momentos de caos de madre primeriza, hacerle un globo con un guante a tu paciente de 4 años que está hospitalizado para sacarle una sonrisa…. Y cuando veas sus miradas, sus risas, cuando sientas la calidez de la sensación que produce poder ayudar a los demás, entonces todas las dudas se despejarán, ya lo verás. Sigue con esa ilusión, porque en muchas ocasiones, una enfermera con una sonrisa y unas palabras de afecto hacen bastante más que una enfermera con un Nolotil. Aprende todo lo que puedas y de todo el que puedas, los pacientes te van a enseñar mucho mas de lo que piensas, escúchales. Aprende farmacología pero sonríe cuando pongas una medicación, saca sangre y pon vías pero haz una caricia antes para que sepan que lo haces por ellos, aprende anatomía pero escucha siempre lo que los pacientes te cuentan, añadirás un dato más a su historia y le conocerás mucho mejor, trata pacientes, no enfermedades y siempre, siempre, siempre lucha por ser un@ BUEN@ enfermer@.

1 comentario

  1. Yaneris Bravo Responder

    Hola muchas gracias por la oportunidad q le vrindan al personal interesado a relizar esto cursos ya que no contamos con in tiempo completo para estar en fisico

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